jueves, 10 de julio de 2008

Liquidaciones

11 comentarios
(Portsaid)


¡Buenas noches a todos y todas! Hoy escribe Jorgelina, Gogui o Goguis o como mejor les resulte. Mi tema del día de hoy es: liquidaciones. Qué comprar. Qué no comprar. Cuánto estar dispuesta a desembolsar.
Está bien, para empezar tengo que ser sincera: soy consumista compulsiva hasta en la última célula que me compone (en realidad soy como todas las mujeres, no me hagan sentir mal). Dando fe de mi condición, voy a aclarar que lo que describo es lo que yo tengo pensado hacer en las próximas semanas; semanas con muchas, muchísimas liquidaciones.

Para empezar, lo primero que haré es limpiar el placard. Elegí un día de mucha tranquilidad y sobretodo mucha paz con vos misma. Leí por ahí una forma perfecta de hacerlo: sacar toda la ropa, ¡toda! Luego clasificarla en ropa que usás y seguirás usando, y ropa que prácticamente ni tocás. De ese último grupo, vas a decidir si la regalás, la vendés, la mandás a arreglar, la guardás o no sé, la usás para la fogata con tu novio (¡si tuviera…!). Eso sí: la que seleccionás para mandar a arreglar, mandala, no seas como yo que la deja ahí durante siglos y al final vuelve con el resto de la ropa como si nada.
A la ropa que usás a diario la voy a clasificar nuevamente, ahora por tipo de prenda. Es decir: pantalones por un lado, remeras por otro, sweaters por otro, vestidos por otro. Si tu variedad de cada una de estas cosas es considerable, podrías ordenarla también por color. Ahora viene el trabajo más duro pero el más lindo. Tomá una prenda. Con esa prenda, armá un conjunto (y no te olvides de los zapatos, la bijou y la cartera). Sacá una foto. Ahora, con la misma prenda, armá otro conjunto, por más que lo que varíe sea solo el par de zapatos… y saca otra foto. Así seguí haciendo conjuntos con esa misma prenda hasta que se agoten todas tus posibilidades, y fotografiá todas las creaciones. Ahora deberás seguir con el resto de las prendas, una por una, sacando fotos y armando conjuntos hasta agotar variantes. Pasá todas las fotos a la compu (porque supongo que van a ser muchísimas como que las mandes a revelar) y, dato extra, si querés planificar la vestimenta de tu semana sin entrar en crisis cada mañana, seleccioná los conjuntos que vas a usar esa semana e imprimilos. Pegá la hoja en la puerta del placard y listo. Eso sí: que la ropa que haya en tu placard este cien por ciento limpia, planchada y sin nada roto.
Una vez que hayas hecho todo eso, vas a notar las cosas que te faltarían. Tal vez armando un conjunto te des cuenta de qué bueno que estaría tener una remera de tal color, o de tal forma; o unos zapatos con tal detalle, o un collar de tal tamaño. Todo eso, anotalo, porque es lo que vas a salir a buscar cuando estallen las liquidaciones.
(Muaa)


Ahora resta lo último. Lo que más nos gusta a las mujeres (además de comprar)… ¡comprar en época de liquidación! Es bueno que entres a los locales con las ideas en claro: qué es lo que querés. Si entrás con la mera idea de ‘comprar lo que venga’, solamente por el hecho de que está en liquidación, vas a acabar comprando cualquier cosa que no tiene nada que ver con tus necesidades reales. Cada cosa que adquieras tiene que tener una correlatividad con el resto de tu ropa, es decir, tenés que estar segura de que va a combinar con lo que ya tenés. Hay que tratar de no morir de amor ante las prendas fashion de la temporada. Acordate que la moda pasa rápido, y sólo lo clásico permanece. Por ejemplo, podrías aprovechar a comprar un buen jean (recto por favor, ¡el chupín es moda!), alguna remera de buena calidad básica negra, gris o blanca, o un equipo de jogging, así como una linda cartera de cuero o unos zapatos que sean cómodos y anden con cualquier equipo, en lo posible de día y de noche. Hay accesorios que no son tan caros y actualizarían tu imagen al toque, como por ejemplo unas gafas grandes y retro (yo ya estoy pensando a dónde voy a ir a comprarlas).
Ahora sería útil que tuvieras en cuenta estos ítems:
· Nadie te regala nada, así que considerá muy bien si vale la pena lo que estás comprando y el precio al que lo estás pagando. Una vez entré a un local de Todo Moda, y morí por todas las cosas que había, desde la hebilla con florcitas hasta las carteras. A pesar de que el local era de 2 por 2 terminé con dos canastos llenos… cuando llegué a la caja, glup, casi me mato, ¡gasté una fortuna en accesorios que no me parecían nada caros, pero que a fin de cuentas me hicieron desembolsar a lo lindo!
· No es lo mismo una liquidación por fin de temporada que un outlet de prendas de segunda selección. Ambas cosas están rebajadas, pero en el caso del outlet deberías mirar qué es lo que tienen fallado. Prevé que las puedas arreglar.
· No compres por el hecho de que “está barato”. Como te dije arriba, a veces terminás comprando cualquier cosa, habiendo gastado de más en cosas que tal vez se dejen de usar al mes. Comprá prendas que puedas seguir usando para siempre. Acordate que las prendas de moda murieron ahí: justamente estás en la liquidación de la temporada que acaba de terminar.
· Invertí. Las liquidaciones son buenas para comprar en casas de buena calidad, las cuales normalmente tienen precios elevados. Aprovechá alguna rebaja y adquirí ítems de larga duración, como gafas, carteras, camperas o zapatos. No hagas como yo, que en el verano me compré unos anteojos grandes con marco blanco a $30, en parte porque me gustaban y en parte porque estaban baratos, y a los dos meses se me rompieron. Dinero tirado a la basura.

Espero que aprovechen más que bien las liquidaciones. Yo supongo que un día de estos voy a ir a darme una vuelta al centro a ver qué locales ya tienen lo suyo. ¡Buenas compras!

Goguis.
(47 street)